Barahona.-
En el gran gallinero político, se dice que hay un pollo joven, con plumas brillantes y muchas ganas de crecer. Este pollo, que es del senador, anhela encontrar un nido donde reposar y desarrollarse. Sin embargo, los nidos están ocupados.
No es que falten espacios, es que esos nidos están bien ganados. Ocupados por gallos y gallinas valientes, hijos valiosos del PRM, que han dado todo por sus comunidades. Ellos fueron los que, con esfuerzo, trajeron miles de aves al gallinero, consolidando la fuerza y el liderazgo del partido en cada rincón del corral.
Al pollo del senador no se le niega el nido. Pero los tiempos exigen algo más que apadrinamientos: ese pollo debe trabajar. Debe salir a buscar su espacio con sudor, con méritos, con presencia. Debe ser reconocido por los capitanes del gallinero, no solo por su origen, sino por su entrega.
Porque en esta etapa, el gallinero necesita aves que convoquen a la masa, que aporten, que sumen, que multipliquen. Y solo así, cuando lo vean traer alimento y apoyo, el pollo encontrará su propio nido, uno que no será dado, sino merecido.
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